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Por el momento continúo en un impasse con el "libro". De cualquier manera dispones de más de 100 capítulos publicados, sobre temas de psicología y sexología, con los que te podés entretener un tiempo y cuyos títulos tenés en la columna de tu derecha. Te recomiendo también los interesantes y, a veces, divertidos comentarios. En estos momentos prosigo con mi actividad por Facebook (bajo otra modalidad) y los videos de mi canal de Youtube, a los que te invito a unirte y participar con tus opiniones.

Gracias y abrazos. Ricardo Musso



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jueves, 4 de junio de 2009

OBSESIONES...

Muchos términos que provienen del campo de la ciencia psicológica se han popularizado; y hoy en día forman parte del repertorio lingüístico del común de las personas.

Si bien éstos se aplican a situaciones que no siempre reflejan los de las teorías psicológicas para los que fueron desarrollados, muchas veces se les asemejan bastante, y su utilización tiene validez. Algunos de estas palabras son: inconsciente, depresión, angustia, narcisismo, histeria, neurosis, castración, asertividad, “complejo de Edipo”, estímulo, condicionamiento, y varios más.

Otro tanto sucede con el término OBSESIÓN; que está incorporado al vocabulario de la población, y salvo excepciones, la gran mayoría tiene noción de su significado, y su aplicación a ciertas características de las personas que son calificadas como portadoras de ese trastorno (obsesos, u obsesivos), son correctas.

Considero pertinente citar una sintética Definición de la palabra (que encontré en la Web) para “echar luz” a qué me estoy refiriendo.

Obsesión:

"Irrupción en el pensamiento de una idea, un sentimiento o una tendencia, que aparece en el individuo en desacuerdo con su pensamiento consciente, pero que persiste a pesar de todos los esfuerzos que hace el sujeto por deshacerse de él. (Obsesión)"

Y cuando mucha gente entonces, se auto-verbaliza, o le dicen: -“Estoy (o te noto) obsesionado!”…, así es!.

En dos capítulos de este “libro” me referí a las obsesiones.

En uno de ellos: “A SUS MARCAS…, LISTO…”, hice hincapié en aquellas situaciones de “rumeo mental” (Activity Musturbatory) transitorio ante algún acontecimiento trivial cotidiano; acontecimiento que se transforma en una “escena” obsesiva – que aunque breve puede durar varias horas -, es muy molesta, y en la que construimos hipótesis sobre “qué deberíamos haber hecho y no hicimos en tal circunstancia”.

En el otro: “¿NECESITAS DESENAMORARTE?”, mencioné, describí y “aconsejé” algunas técnicas utilizadas por la corriente Cognitivista-Comportamental de la psicología para “DETENER”, poner un “FRENO”, a las ideas de tipo obsesivas, y qué conductas tomar. Por ejemplo, despejar de nuestro entorno los estímulos que puedan “disparar” las mismas.

Hace unos días, en el blog de Seriecito, “avanto”; él publicó una entrada que llamó: “El mejor”, en la que describía las vicisitudes que sienten las personas que perciben que nunca alcanzan los logros deseados; aunque se esfuerzan permanentemente y sin medida, por ser los primeros. Si bien este fenómeno puede adjudicarse a las exigencias de la “sociedad excitista” en que vivimos - a nivel globalizado -, antes de antes, también existían individuos con esas particularidades.
Allí dejé un comentario - en base a otro dejado por Carol en el que asociaba esas características a obsesiones - donde agregué una propiedad de esas personalidades que, en mi opinión, está en la “base” de su estructura.

Para algunas escuelas de la psicología, las personas obsesivas, son poseedoras de una visión depresiva de la vida, es decir, consideran que su existencia es MEDIOCRE y que se necesita grandes “esfuerzos y sacrificios” para transitarla. También portan una baja autoestima, o sea, se consideran individuos inferiores y no merecedores del reconocimiento y afecto de los demás, una especie de “gusanos reptantes por el mundo” (sin menosprecio por la forma de ser de un gusano).

Si bien estoy de acuerdo con estas teorizaciones, en aquel comentario, le sumé una cualidad que también considero inherente a la persona obsesiva: la ADICCIÓN. Actúan como verdaderos “YONKIS de sus ideas”.

Así como el adicto a una sustancia repite una serie de conductas estereotipadas para conseguir su droga; para que no le falte; que una vez que comienza su consumo NO PUEDE DETENERSE hasta quedar exhausto; y también se lo pasa pensando en ella; una persona obsesionada, actúa de la misma forma.
La recuperación de una adicción a las drogas tiene programados pasos similares a los descritos en los artículos del “libro” arriba mencionados para las “rumiaciones” o superación de un enamoramiento.

En este capítulo quisiera volver a referirme a las obsesiones que se despiertan luego de una ruptura afectiva; una separación o abandono por parte de alguien amado, pero, insisto, bien pueden ser aplicadas a cualquier otra situación, tener el hobbie de la filatelia, o al físico-culturismo, por ejemplo.

La persona afectada por el hecho de un alejamiento no deseado, en muchas oportunidades ingresa en un “túnel de pensamientos rumiantes”; y si su personalidad básica tiene propensiones adictivas, estas ideas pueden permanecer por años, y promover conductas realmente “denigrantes” para la autoestima del individuo: Vigilancias; llamadas telefónicas interminables; solicitudes de perdón; mensajitos de celular; correos electrónicos; expectativas de encuentros en cualquier ámbito; visitas a lugares comunes para ver si se cruza con la persona de su interés; consultas a personas conocidas en común para interiorizarse de la vida del otro; “auto-comparaciones” con la persona con la que el otro miembro pudo haber formado una nueva relación; etc.

Diversas pueden ser las formas de superar estas obsesiones realmente dolorosas: una buena y adecuada psicoterapia (desde mis creencias con una orientación cognitivista y comportamentalista); el “consejo” de una amistad querida y respetada; la aparición de un nuevo interés - que en el aspecto afectivo suele llamarse: “un clavo que saca otro clavo” -; o también la denominada CRONOTERAPIA, que no es más que la “terapia del tiempo”.
Respecto de esto último, serios estudios, mencionan que las personas, en un alto porcentaje, superan sus trastornos neuróticos sin ningún tipo de ayuda terapéutica en el lapso de 2 a 3 años, supuestamente por un proceso de “saturación” que produce el trastorno que lo hace padecer.

Para ejemplificar el momento en que un sujeto “pone fin” a sus obsesiones, en este caso en el aspecto afectivo con su ex pareja (pero bien puede aplicarse a cualquier situación vital), elegí unas escenas de diálogo en una película protagonizada por Daniel Auteuil y Gérard Depardieu en el año 2001, cuyo nombre en español es: “Salir del armario” (título original: “Le placard”); y cuya totalidad, recomiendo ver.



¿Cómo te tratan tus obsesiones?

Bibliografía y Referencias

- Albert Ellis – “Manual de Terapia Racional Emotiva” – edit.-Desclee de Brouwer – Bilbao – 1981
- Emule: “Salir del armario” – 2001
- Buscador google: Definiciones
- Buscador Google: Imágenes
- Video del artículo: Ricardo Musso

Cariños
Ricardo Musso